La semana pasada estuve en Oporto, dando una conferencia a los neurólogos portugueses sobre las crisis repetidas o crisis en acúmulos.
Consisten en un aumento importante de la frecuencia de crisis, que el paciente y sus familiares son capaces de reconocer como anormal. Aunque hay varias definiciones, una de las más utilizadas es tener más de 3 crisis en 24 horas, pero puede variar dependiendo de la frecuencia habitual.
Los desencadenantes de las crisis repetidas son los mismos que los de las crisis individuales: falta de sueño, estrés, fiebre, infección, olvido o cambios de medicación, alteraciones hormonales, etc. También hay acúmulos de crisis que ocurren espontáneamente, sin que esté presente nada de lo anterior.
En pacientes con epilepsias graves, los acúmulos de crisis son frecuentes, pueden ocurrir en casi la mitad de pacientes. Si la epilepsia está bien controlada, no suele haber crisis repetidas si el paciente toma correctamente la medicación.
Los acúmulos de crisis son peligrosos, alteran la vida del paciente y de su familia y provocan muchas visitas a las urgencias del hospital. Pero lo peor es que si no se tratan adecuadamente pueden evolucionar