Los pacientes cuyas crisis continúan a pesar de haber probado varios fármacos antiepilépticos tienen mucha necesidad de que la industria farmacéutica siga colaborando con investigadores básicos y con clínicos para desarrollar nuevos productos que puedan ayudarles. Afortunadamente, siguen realizándose estudios con nuevas moléculas que muestran eficacia y buena tolerabilidad en pacientes con epilepsia.
Es el caso del cenobamato. Se acaban de publicar los resultados de un estudio en el que se administró a pacientes con epilepsia farmacorresistente, a dosis entre 100 y 400 mg al día, y se comparó con otro grupo que tomó únicamente su tratamiento habitual. Ni los pacientes ni los médicos sabían si los pacientes estaban tomando el cenobamato o el placebo (estudio doble ciego).
El medicamento se fue subiendo de dosis durante 6 semanas y se mantuvo durante 12 semanas más. El porcentaje de respondedores (pacientes cuyas crisis bajaron a la mitad o más) en el grupo del cenobamato fue del 40% en el grupo de 100 mg, 56% en el grupo de 200 mg y 64% en el de 400 mg, comparados con 25% de los pacientes que tomaron placebo.
Los efectos secundarios llevaron a suspender el tratamiento en el 10% del grupo de 200 mg y en el 14% del grupo de 400 mg, sólo en un 5% en el grupo placebo. La mayoría de los efectos adversos se relacionaron con el sistema nervioso (somnolencia, mareo, fatiga). Se produjo un caso grave de alergia en un paciente que tomaba 400 mg de cenobamato. Este estudio demostró que el cenobamato es capaz de disminuir la frecuencia de crisis epilépticas y que es más eficaz a dosis más altas. Tuvo un perfil relativamente bueno de eficacia, siendo las dosis elevadas las que se toleraron peor.
Esperemos que se pueda aprobar en un futuro próximo este fármaco y que se una a las herramientas que tenemos actualmente para luchar contra la epilepsia.