Uno de los objetivos de los equipos que realizan cirugía de epilepsia en todo el mundo es encontrar métodos poco invasivos (poco “agresivos”) para eliminar la zona cerebral que produce las crisis. Hasta ahora había que realizar una craneotomía (apertura del cráneo) y después resecar (cortar y eliminar) la zona responsable de las crisis.
Durante los últimos años se ha venido utilizando en los Estados Unidos un nuevo sistema mínimamente invasivo para tratar la epilepsia rebelde cuando el foco está bien localizado, especialmente si hay una lesión en esa zona menor de 2 cm. Se llama láser intersticial.
Este procedimiento se realiza en pacientes que por distintas circunstancias no pueden (por ejemplo pacientes mayores que tienen enfermedades que dificultan una anestesia) o no quieren someterse a una cirugía abierta convencional.
¿Cómo funciona el láser intersticial? A través de un pequeño orificio en el cráneo de 1 cm se introduce una guía y a través de ella la fibra con el láser. A continuación se aplica calor a través de la fibra y en tiempo real se controla con resonancia magnética la lesión que se está produciendo en la zona que se quiere eliminar. Además existe un sistema de seguridad que apaga la fibra si los tejidos de alrededor se calientan en exceso.
Hasta ahora se han tratado sobre todo lesiones localizadas en el lóbulo temporal, sobre todo en su parte mesial, porque se puede llegar muy bien a esta zona introduciendo la guía desde el lóbulo occipital. Parece que los pacientes con epilepsia temporal intervenidos con láser intersticial tienen menos secuelas de memoria.
Otras lesiones que se pueden tratar son displasias corticales (en niños) y heterotopias periventriculares.
Los pacientes intervenidos con esta técnica pueden irse a casa en menos de 24 horas, tienen menos dolor y su recuperación es más rápida.
El láser intersticial supone una importante ventaja para algunos pacientes con epilepsia resistente. Es una técnica que todavía tiene que perfeccionarse y sobre la que tenemos que conocer más cosas. Es de esperar que pronto se apruebe en Europa.