Uno de los objetivos de la cirugía de epilepsia es mejorar la calidad de vida del paciente y hacer que pueda llevar una vida normal, en todos los aspectos: familiar, social, educativo y laboral. Si ese es el caso, por qué no operar antes a los pacientes, para que esa mejora se produzca lo más pronto posible?
Algunos padres tienen reservas a la hora de dar el consentimiento a la intervención porque temen posibles complicaciones y secuelas. Al fin y al cabo el paciente, al ser pequeño, no puede participar en la toma de decisiones sobre su salud.
Existen algunos estudios que proporcionan datos que pueden ayudar a las familias a entender mejor la situación. Uno de ellos se acaba de publicar recientemente en Neurology 1. Un grupo de investigadores de Suecia analizó las tasas de empleo de 203 pacientes que se operaron de epilepsia en la infancia o en la adolescencia (edad media en la intervención 13.6 años). Dos tercios de los pacientes tenían un cociente intelectual mayor de 70. La mayoría de ellos, 5 años después de la intervención, habían conseguido completar el instituto. Las tasas de empleo a los 5,10, 15 y 20 años de seguimiento fueron respectivamente de 44%, 69%, 71% y 77%. Los pacientes libres de crisis tenían más probabilidad de estar trabajando a jornada completa. Los logros educacionales y de empleo fueron comparables a la población general. La mayoría de los pacientes con cociente intelectual menor de 70 requirieron educación espacial y ayudas sociales.
Estos datos contrastan con los datos de cirugía de epilepsia en adultos publicados por el mismo grupo de investigadores 2. Encontraron que entre el 36% y el 65% de los pacientes adultos libres de crisis trabajaban a tiempo completo a los 5 y 10 años de la cirugía hasta la edad de 54 años, y únicamente el 24% después de esa edad. Sólo el 23% de los pacientes que trabajaban a tiempo parcial antes de la cirugía y que se quedaron sin crisis con la operación, trabajaban a tiempo completo 10 años después de la intervención quirúrgica. El empleo tras la cirugía fue menor que en la población general y se correlacionó con trabajar antes de la operación, quedarse sin crisis y operarse más joven.
Los autores comentan que el proceso normal de adquisición de independencia, autonomía y vocación laboral se altera en pacientes con epilepsia farmacorresistente y afecta negativamente a la vida social y al empleo. Si el paciente se interviene pronto, puede incorporarse al proceso normal de desarrollo. Este es un motivo adicional a otros (por ejemplo evitar el deterioro cognitivo progresivo que se produce en algunos pacientes cuyas crisis han comenzado en la infancia temprana) para considerar la cirugía de forma precoz.
1.Reinholdson J, Olsson I, Edelvik Tranberg A, Malmgren K. Long-term employment outcomes after epilepsy surgery in childhood. Neurology. 2020;94(2):e205-e216.
2Edelvik A, Flink R, Malmgren K. Prospective and longitudinal long-term employment outcomes after resective epilepsy surgery. Neurology. 2015;85(17):1482-1490.
3Epilepsy Surgery in Childhood Versus Adulthood: What Are We Waiting for? Epilepsy Currents 2020-07-11
