Recientemente se ha publicado un artículo en Epilepsia (una de las revistas médicas más conocidas y respetadas en nuestro campo) que me impresionó mucho. Pertenece a una sección que se llama “mi historia de epilepsia”. En ella una paciente con epilepsia del lóbulo temporal cuenta sus dificultades a lo largo de los años con los fármacos, una cirugía que no curó las crisis, la experiencia de la maternidad…y los estudios de medicina. Una visión de la epilepsia desde dos perspectivas, como paciente y como médico.
“Para mí, aunque con frecuencia la epilepsia es una fuente de frustración, ansiedad y casi desesperación, la epilepsia en algunos aspectos ha sido mi profesor más importante. Cuando he viajado a través de mi formación médica y mis tratamientos, mis experiencias con la vulnerabilidad, humildad, e incertidumbre me han enseñado a ser mejor médico. He aprendido a aceptar lo desconocido, a disfrutar de mis pequeños éxitos y a salirme de mi “zona de confort” para tocar las vidas en los pacientes de la forma que los médicos con corazón han tocado la mía. He aprendido que el éxito como médico o como paciente no siempre viene de los libros de texto o artículos académicos, sino de mirar más allá de la enfermedad dentro de un alma que sufre. He aprendido que aunque la epilepsia vaya conmigo todos mis días, mi condición de paciente puede ayudar a equilibrar mis papeles de médico, paciente y madre”
Kristin Seaborg
Adjunto el link completo de este testimonio tan emocionante:
http://onlinelibrary.wiley.com/enhanced/doi/10.1111/epi.12501/?isReportingDone=true