Ya he comentado en este blog que la mayoría de casos nuevos de epilepsia ocurren en la infancia o en las personas mayores. De hecho hay estudios que sugieren que la mitad de la epilepsia ocurrirá en pacientes mayores de 60 años en el año 2020. Así pues, tener en cuenta las características especiales de esta población es esencial para un correcto tratamiento.
Los pacientes mayores por ejemplo suelen presentar un deterioro (aunque sea leve) de la función renal o hepática (y este hecho puede influir en la eliminación de las medicinas), en general necesitan dosis menores y tienen también más efectos secundarios. Además toman muchas otras medicinas (para hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes, etc) por lo que hay que considerar las posibles interacciones que se pueden dar cuando les recetemos un antiepiléptico.
Recientemente se han empezado a realizar estudios específicamente en pacientes mayores para averiguar qué fármaco antiepiléptico es más eficaz y se tolera mejor. Recientemente se ha publicado un estudio (Werhahn et al, Epilepsia, 2015) en el que a pacientes mayores de 60 años que precisaron tratamiento por una epilepsia recién diagnosticada se les dio carbamazepina de liberación retardada (un fármaco no disponible en España), levetiracetam o lamotrigina como tratamiento. Se vio la evolución durante 58 semanas respecto a frecuencia de crisis y efectos secundarios. El medicamento que globalmente fue mejor fue el levetiracetam, ya que a las 58 semanas de iniciarse el tratamiento el 61% de los pacientes continuaban tomándolo, frente al 45% de los pacientes que tomaban carbamazepina de liberación retardada. Ambos fármacos fueron parecidos en cuanto a eficacia contra las crisis, pero diferentes en cuanto a efectos secundarios: el doble de pacientes dejaron la carbamazepina por efectos secundarios respecto al grupo de levetiracetam. La lamotrigina ocupó un lugar intermedio entre ambos grupos.
Este estudio confirma los resultados de otras series de pacientes mayores con epilepsia y otras enfermedades (como tumores cerebrales, Alzheimer, etc) que habían mostrado buena eficacia y tolerabilidad del levetiracetam.
Así pues se confirma que los nuevos fármacos pueden ser una buena opción en pacientes mayores con epilepsia. En concreto el levetiracetam se comporta mejor que la carbamazepina y además se puede combinar con el resto de fármacos que tome el paciente para otras enfermedades.
Como en otros estudios, se vio que la dosis que precisaron los pacientes respondedores no era muy alta (unos 900 mg al día de levetiracetam, 400 de carbamazepina y cerca de 100 de lamotrigina), confirmando así que los pacientes mayores con epilepsia en principio van a precisar dosis bajas para que las crisis se controlen. Una menor dosis contribuirá a disminuir los efectos secundarios.