Con frecuencia me han preguntado si creo que la epilepsia es una enfermedad estigmatizada. Basándome en las experiencias de mis pacientes, suelo responder que lamentablemente sí. Y uno de los motivos más importantes es que todavía es una enfermedad bastante desconocida. Por ejemplo, hay personas que creen que se trata de una enfermedad mental (como la esquizofrenia) y no de una enfermedad neurológica (como la migraña).
Aclarado esto, hay que decir que sin embargo algunos tipos de dolencias psiquiátricas son bastante frecuentes entre los pacientes con epilepsia, en concreto la depresión y la ansiedad.
Hasta un 30% de los pacientes con epilepsia pueden tener síntomas depresivos a lo largo de su vida, y hasta un 25% síntomas de ansiedad. Uno puede pensar que estos síntomas de bajo estado de ánimo son secundarios a la repercusión negativa de las crisis en el entorno laboral, social o familiar. Pero los estudios realizados durante los últimos años señalan que la relación entre depresión y epilepsia es más compleja y ocurre en ambas direcciones. Por ejemplo, en los pacientes con depresión hay más epilepsia de lo que sería esperable comparando con los pacientes no deprimidos. Y es que algunos circuitos cerebrales que están alterados en la depresión también lo están en epilepsia, y ambas enfermedades comparten ciertos desequilibrios en neurotransmisores (las sustancias cerebrales que sirven a las neuronas para comunicarse entre ellas).
Sabemos también que la depresión se asocia específicamente a ciertos tipos de epilepsia, por ejemplo la epilepsia temporal secundaria a esclerosis mesial, como mostró un estudio realizado por nuestro equipo en más de 300 pacientes.
Se ha demostrado que la presencia de depresión es uno de los factores que más empeoran la calidad de vida de los pacientes con epilepsia. Por eso es importante detectarla y tratarla pronto. El neurólogo con experiencia puede intuir esos síntomas en la entrevista con el paciente y su familia; son muy útiles también ciertos cuestionarios que el paciente rellena en un corto periodo de tiempo.
Contrariamente a lo que se ha creído durante mucho tiempo, es seguro utilizar antidepresivos (a dosis adecuadas) en pacientes con epilepsia. Los que más utilizamos fármacos modernos, en concreto los inhibidores de la recaptación de serotonina o de serotonina-noradrenalina, que son eficaces y se toleran bien por la mayoría de los pacientes. También se puede utilizar la psicoterapia combinada con la medicación.
Los casos difíciles deben ser tratados por un psiquiatra con experiencia en el tratamiento de pacientes con crisis. Está descrito en múltiples estudios y de forma consistente lo observo en la consulta que la desparición de la depresión mejora la calidad de vida de los pacientes con epilepsia. No es infrecuente que esa mejora se acompañe también de una disminución en el número de crisis. Por este motivo algunos investigadores han llegado a pensar que los fármacos antidepresivos pueden tener cierto efecto antiepiléptico, aunque esto no se ha llegado a demostrar por ahora.