El dolor de cabeza (en concreto la migraña) y la epilepsia tienen en común que son enfermedades paroxísticas (con síntomas que ocurren y se van de repente), crónicas, y muy frecuentes.
Algunas manifestaciones clínicas pueden ser comunes a ambas: tanto las migrañas como las crisis epilépticas pueden precederse de horas o días en los que el paciente se siente raro y puede notar alteraciones del ánimo, fatiga, etc. Al inicio de una crisis epiléptica –sobre todo si se origina en el lóbulo occipital- y durante un aura migrañosa puede haber síntomas visuales (por ejemplo visión de luces). También pueden verse en ambas enfermedades alteraciones del olfato o del gusto, mareo, hormigueos uni o bilaterales, sensación de desorientación espacial, etc. La duración es breve en la epilepsia y más prolongada en la migraña, en general.
Estudios que se han llevado a cabo en poblaciones amplias han mostrado que ambas enfermedades pueden coexistir en algunos pacientes.
Aunque los mecanismos que producen los síntomas son distintos en la migraña y en la epilepsia, ambas pueden tener en común al inicio un exceso de actividad neuronal. Se sabe que en algunos pacientes las auras y los dolores de cabeza migrañosos pueden desencadenar una crisis (esto se ha denominado migralepsia aunque está en discusión). Además, las crisis epilépticas se acompañan con frecuencia de dolor de cabeza antes, durante o después de las crisis. Las características de este dolor pueden ser idénticas a las de la migraña.
Ambas enfermedades pueden tener también bases genéticas comunes. Por ejemplo, hay síndromes como la migraña hemipléjica familiar en que distintas mutaciones pueden producir migraña, epilepsia o ambas.
Por último, existen medicinas que son efectivas para tratar la migraña y también la epilepsia, lo que sugiere que ambas pueden compartir mecanismos fisiopatológicos. Por ejemplo, el ácido valproico y el topiramato, que son fármacos antiepilépticos de amplio espectro (útiles para tratar distintos tipos de crisis), son también muy eficaces para prevenir la migraña en aquellos pacientes que tienen ataques frecuentes.
Si padece dolor de cabeza y crisis epilépticas, o cree que sus síntomas son dudosos, pregunte a su neurólogo.