Ya he hablado en este blog de las crisis psicógenas no epilépticas. Eventos (o ataques) que parecen epilépticos pero que no lo son y que tiene una causa psicológica. Puede parecer algo raro, pero no lo es. Se calcula que aproximadamente el 11% de las “convulsiones” atendidas en un servicio de urgencias corresponden a crisis psicógenas, y hasta un 30% de los pacientes que se refieren a Unidades de Epilepsia pueden tener este problema. Sin embargo, incluso en países en los que las pruebas diagnósticas (video EEG fundamentalmente) están accesibles, con frecuencia el diagnóstico se retrasa (hasta varios años).
Recientemente el dr Kanner, epileptólogo y psiquiatra, ha publicado un artículo en el que describe el papel que deberían tener los neurólogos en esta enfermedad1.
En Psiquiatría, las crisis psicógenas se consideran trastornos conversivos, y durante los últimos años se ha constatado que se asocian a varios problemas neurológicos (como cefalea), cognitivos, y problemas del sueño. Además, los pacientes pueden tener otras manifestaciones motoras o sensitivas del trastorno conversivo que pueden suceder antes, durante o después de la desaparición de las crisis.
Estos pacientes suelen quejarse de problemas cognitivos (por ejemplo dificultad de concentración o problemas de memoria). Con frecuencia estos déficits no se observan de forma objetiva en los tests de memoria. Pueden ser debidos a ansiedad, a los efectos secundarios de muchos de los fármacos antiepilépticos que toman inadecuadamente estos pacientes, o ser también de tipo funcional o conversivo.
Las crisis psicógenas se pueden asociar también a dolor crónico (fibromialgia, dolor lumbar, dolor cervical, migraña, dolores de cabeza mixtos, etc), a abuso de analgésicos, y a problemas del sueño (insomnio, apnea obstructiva del sueño). Finalmente, algunos pacientes con crisis psicógenas pueden, además, tener crisis epilépticas (entre un 5 y un 40%)
Acutalmente, el tratamiento de los pacientes con crisis psicógenas incluye antidepresivos que inhiben la recaptación de serotonina y la terapia cognitivo conductual, que debe hacerse por el psiquiatra y el psicólogo.
El papel del neurólogo debería ser en primer lugar realizar un diagnóstico de certeza y comunicárselo al paciente y a su familia de forma apropiada. Deben hacer que entiendan que no se trata de epilepsia sino de crisis psicógenas, que estas no producen daño cerebral y que no es necesario acudir a urgencias con cada crisis, ya que es probable que de nuevo se vuelvan a confundir con epilepsia y el paciente acabe tratado inadecuadamente con medicinas antiepilépticos, a veces incluso sedado en una unidad de cuidados intensivos.
El neurólogo debe también supervisar la retirada de fármacos antiepilépticos, vigilando que no aparezca ningún otro episodio diferente, evaluar otros posibles síntomas conversivos y tratar problemas neurólogicos acompañantes como dolor, cefalea o problemas del sueño.
- Kanner AM. Psychogenic Non-Epileptic Seizures 2020: The Enhanced Role of the Neurologist…. Epilepsy Curr. 2020 Oct 6:1535759720955166.
