A las personas con epilepsia con frecuencia se les recomendaba en el pasado no practicar deporte, probablemente por miedo, sobreprotección y desconocimiento de sus beneficios y riesgos específicos.
Existe evidencia científica de que el ejercicio físico y la práctica regular de deporte pueden favorecer el control de las crisis, además de mejorar las relaciones sociales, la autoestima y la salud en general.
Por este motivo, en las últimas décadas ha cambiado mucho la actitud sobre el deporte y la epilepsia, y también las recomendaciones que se pueden hacer en la consulta.
La ILAE (Liga Internacional contra la Epilepsia) divide los deportes en varios grupos dependiendo del riesgo que suponen para el paciente y en ocasiones para los espectadores.
- Grupo 1: incluye deportes que no suponen riesgo adicional y que se podrían permitir, en general sin restricciones, a las personas con epilepsia. Por ejemplo el tenis, golf, danza, deportes de equipo –baloncesto, balonmano, etc-, esquí de fondo, jugar a los bolos, etc
- Grupo 2: incluye deportes que suponen un riesgo moderado para el paciente. como la natación, hockey sobre hielo, montar a caballo, ciclismo, patinaje, levantamiento de pesos, esquí, atletismo de alta intensidad, tiro, levantamiento de pesas, etc.
- Grupo 3: incluye actividades de alto riesgo como pilotar aviones, submarinismo, deportes de motor, escalada, parapente, surf, windsurf, etc
El neurólogo debe recomendar la conveniencia de no practicar deportes del grupo 2 o 3 dependiendo del tipo de epilepsia, tipo de crisis, frecuencia de las mismas y posibilidad de supervisión médica.
En el caso de una única crisis se tendrán en cuenta además los factores que puedan indicar riesgo de recurrencia como la presencia de una lesión estructural.
Las sugerencias para la práctica de deportes son válidas para todos los grupos de edad. De hecho no se debería restringir la actividad física de los niños y adolescentes en el colegio o fuera de él, siempre que se consideren los distintos estratos de riesgo y se lleve a cabo una supervisión adecuada.