En la consulta, muchos pacientes cuentan que han tenido crisis en relación a situaciones estresantes en el trabajo, en la familia, etc. El estrés afecta negativamente a muchas enfermedades (por ejemplo de la piel o cardiovasculares) pero desde luego juega un papel fundamental en las afecciones del sistema nervioso central. El estrés muchas veces causa además problemas de sueño que también se asocian a crisis.
Recientemente se ha publicado un artículo (van Campen et al, Brain, marzo del 2016) que analiza cómo influye el cortisol (una hormona que se segrega en el cuerpo en relación con situaciones estresantes) en la aparición de descargas epilépticas. Se estudiaron dos grupos de pacientes: aquellos que admitían tener crisis desencadenadas por estrés y aquellos que no. Se vio que únicamente en el primer grupo los niveles de cortisol en saliva que se iban midiendo cada 15 minutos se correlacionaban con aparición de descargas epilépticas en el EEG realizado simultáneamente a los pacientes.
De forma que cada vez son más las pruebas que demuestran que el estrés y los cambios hormonales que desencadenan pueden influir sobre la actividad epiléptica, también en situación basal.
¿Qué se puede concluir de esto? Que todas las técnicas para disminuir el estrés en pacientes con epilepsia (y seguramente en todas las personas en general) son bienvenidas. Obviamente en la vida a todos nos van a suceder cosas negativas que nos pueden provocar angustia. Muchas de esas cosas (problemas familiares, laborales, de salud..) no se pueden cambiar, pero sí cómo reaccionamos ante ellas y cómo seguimos adelante. La terapia psicológica realizada por profesionales competentes, las técnicas de relajación, el ejercicio físico y las aficiones que nos produzcan bienestar son fundamentales para mantener a raya ese estrés que puede hacer tanto daño.