Durante muchos años se ha pensado que la epilepsia era una enfermedad de grupos de neuronas situadas cerca unas de otras, lo que se llamaba el “foco epiléptico”. Las neuronas del foco se caracterizaban por tener descargas eléctricas excesivas y demasiado síncronas con las neuronas vecinas. Hoy tendemos a pensar que al menos en algunos pacientes no existe un “foco” como tal, sino que la epilepsia se debe a una alteración de la red neuronal en su conjunto. Eso significa que las neuronas tienen unas conexiones anormales, con las neuronas cercanas pero también con neuronas que se encuentran situadas en regiones lejanas del cerebro.
Tenemos pruebas indirectas de esta teoría sobre todo a través de las técnicas de neuroimagen. Sabemos que en pacientes con mucho tiempo de evolución de la epilepsia se ve atrofia (pérdida de volumen cerebral) en la zona que supuestamente inicia las crisis pero también en áreas lejanas e incluso en la totalidad de la corteza cerebral. Además, las técnicas que miden las conexiones entre distintas zonas cerebrales (tractografía, difusión de tensores, RM funcional..) han mostrado que estas son diferentes en pacientes con epilepsia. Esta idea puede tener importancia en la forma en que nos aproximamos a la cirugía de epilepsia. Puede que al extirpar una zona cerebral no estemos eliminando “el foco”, sino uno de los nodos importantes de la red, de forma que sin él la red no sea capaz de producir crisis. Y si la cirugía falla, pueden haber ocurrido dos cosas: o la resección no eliminó el nodo más importante, o zonas lejanas conectadas con el foco inicial se han convertido en epilépticas por sí mismas.
Para visualizar la red neuronal implicada en la epilepsia disponemos de técnicas de neuroimagen y estadísticas que nos pueden ayudar durante la evaluación de los pacientes antes de la cirugía. Estas técnicas, que utilizamos habitualmente en Neurogrup colaborando con el centro médico Alomar, cada vez son más necesarias.