Una de las discusiones más delicadas que se tienen en una consulta de epilepsia es la referente a los riesgos y beneficios de la medicación durante el embarazo y la lactancia. Parece claro que en la inmensa mayoría de los casos de epilepsia los beneficios de mantener tratamiento durante la gestación superan a los riesgos, siempre que se escojan los fármacos más seguros. Sin embargo ha habido más debate respecto a la lactancia, que prolonga la exposición de los bebés a los medicamentos. ¿Es realmente necesario?
Pues bien, durante los últimos años hemos tenido evidencia que procede de grandes estudios de que la lactancia materna (al menos durante 3 meses) no afecta al desarrollo cognitivo de los niños. Recientemente se han presentado datos de una población muy importante de niños (Meador et al, 2014; Haunt, 2016) que recibieron lactancia materna mientras las madres seguían tomando un fármaco antiepiléptico, y los resultados son esperanzadores. Excepto en el grupo del ácido valproico (que se asocia un menor cociente intelectual –CI- en los niños), el haber recibido lactancia con un fármaco (carbamazepina, lamotrigina o fenitoína) no parece afectar al CI los 6 años. El cociente sí varía dependiendo de otros factores, por ejemplo el cociente intelectual de la madre (cuanto más inteligente la madre, más CI en el niño) y la toma de ácido fólico alrededor de la concepción (asociado a mayor CI también). Y un dato interesante, como grupo los niños amamantados tenían cociente intelectual mayor. Este dato no se había observado en un análisis previo de los niños a los 3 años, y requiere un análisis más profundo. ,
Así que en general hay que recomendar a las madres con epilepsia (excepto a las que toman valproato especialmente a dosis altas) que den el pecho a sus hijos, siempre que se garantice en lo posible el descanso nocturno. Esperemos poder disponer pronto de datos similares para otros fármacos antiepilépticos más modernos como el levetiracetam.