Desde hace años se especula con un posible efecto beneficioso de la marihuana sobre las crisis epilépticas. En mi consulta varios pacientes me han referido una mejora en la frecuencia o intensidad de las crisis cuando consumen esta sustancia. También hay casos de niños con epilepsias graves (como el síndrome de Dravet) que han mejorado mucho con marihuana y que han sido ampliamente difundidos en los medios.
Este debate ha conducido a la aprobación de la marihuana con fines medicinales en algunos estados de Estados Unidos.
Recientemente Elson So, el presidente de la Sociedad Americana de Epilepsia, ha publicado una carta en el Salt Lake Tribune donde expone la postura de esta sociedad científica (tal vez la más importante del mundo) sobre el tema.
http://www.sltrib.com/sltrib/opinion/57479304-82/epilepsy-marijuana-clinical-research.html.csp
Lo primero que dice el dr. So es que los epileptólogos de la sociedad aplauden los esfuerzos por encontrar nuevos tratamientos para la enfermedad y que entienden la lucha de los pacientes con epilepsias graves y sus familias por conseguir una mejora.
Dice que por ahora no existe una evidencia científica robusta y seria que apoye la utilización de marihuana para tratar las crisis epilépticas. Esta falta de evidencia no significa que la marhiuana no haga ningún efecto, simplemente que no lo sabemos. Desconocemos si es eficaz y sobre todo si es segura. El dr. So afirma que se desconoce si el uso prolongado de marihuana en niños o adolescentes puede afectar a la memoria, el aprendizaje o el comportamiento. Por eso por ahora no tenemos una idea clara de si los potenciales beneficios pueden compensar los riesgos.
También comenta una buena noticia: que miembros de la Sociedad Americana de Epilepsia están realizando estudios reglados para ver la eficacia y la seguridad de esta sustancia. Los primeros estudios van dirigidos a encontrar la dosis adecuada y a ver cómo el cuerpo procesa la sustancia y si la tolera bien o no. Si estos primeros estudios son positivos, entonces se necesitarán más estudios controlados para averiguar si los pacientes se benefician realmente del tratamiento y cuáles (edad, tipo de epilepsia..)
Esperemos que estos estudios nos den la certeza que necesitamos. Y ojalá que de estos estudios surjan nuevos tratamientos eficaces y seguros para combatir la enfermedad.