Con frecuencia nos encontramos con errores en el diagnóstico de la epilepsia. La mejor prueba para realizar un diagnóstico definitivo es el video EEG (registro prolongado y simultáneo de video y electroencefalograma), pero es compleja y requiere ingreso del paciente.
Recientemente se ha publicado un estudio (Tatum et al, JAMA Neurology, 2020) en el que participaron 8 centros americanos para ver la utilidad diagnóstica de los videos grabados con teléfono. Se incluyeron 4 pacientes que aportaron videos de sus crisis grabados en casa. Estos mismos pacientes ingresaron después para realizarse un video EEG. Tanto los videos caseros como el registro de video EEG fueron revisados por especialistas senior y en formación.
Se realizaron 530 revisiones de videos caseros correspondientes a los 44 pacientes. Los diagnósticos definitivos (tras el video EEG) fueron: epilepsia en 11 pacientes, crisis psicógenas en 30 y eventos fisiológicos no epilépticos en 3. Los expertos fueron bastante precisos cuando diagnosticaron epilepsia: acertaron 89% de las veces, con una especificidad del 93.3%.
Los residentes en formación acertaron menos veces. La presencia de signos motores durante los ataques mejoró la precisión. Un cuarto de todos los episodios se diagnosticaron correctamente por todos los médicos, y corresponderion en su totalidad a crisis psicógenas. Cuando además del video el médico tenía en cuenta la historia del paciente y su exploración neurológica, los diagnósticos correctos aumentaron del 78% al 95.2%. Si se añadía el video, era más 5.45 veces más probable que el diagnóstico fuera adecuado.
En resumen, los videos grabados con el teléfono son una herramienta útil que puede mejorar el diagnóstico en pacientes con crisis epilépticas o no epilépticas.