Acabo de regresar de la reunión EILAT celebrada en Madrid, donde se han presentado los avances en el desarrollo de nuevos medicamentos y dispositivos tecnológicos para tratar las crisis o mejorar su detección.
Me ha alegrado comprobar que las compañías farmacéuticas siguen investigando e invirtiendo mucho en epilepsia. Hay varios laboratorios que están ensayando en modelos animales y en pequeños grupos de pacientes fármacos nuevos, con mecanismos de acción diferentes a los actuales o mejorados, con la esperanza de que puedan ayudar a ese 30% de casos que no responden bien a las medicinas. El desarrollo de un medicamento es un proceso muy largo hasta que se demuestra sin dudas que es eficaz y seguro, así que pasarán años hasta que tengamos algunos de estos fármacos en la farmacia, pero otros llegarán relativamente pronto.
También se han hecho muchos progresos en cuanto a dispositivos. De ellos me gustaría comentar aquí el Embrace, fabricado por una compañía que se llama Empatica. Se trata de una pulsera que a través de varios parámetros (movimiento, actividad electrodérmica, etc) puede emitir una alarma cada vez que el paciente tiene una crisis convulsiva, de forma que el cuidador puede atenderlo. Esto es importante sobre todo durante el sueño, cuando algunas crisis pueden pasar desapercibidas. Es un aparato que se ha estudiado de forma rigurosa en varios centros de epilepsia de Estados Unidos y que ha sido aprobado por la FDA, una organización muy exigente con la calidad de los medicamentos y dispositivos médicos.
Es de esperar que la tecnología aplicada a la fabricación de fármacos y aparatos de diferente tipo nos permita mejorar en un futuro próximo la calidad de vida de todos los pacientes con crisis epilépticas.