La fotosensibilidad en un fenómeno bien conocido que afecta a un porcentaje pequeño de pacientes con epilepsia. Los pacientes con epilepsias fotosensibles tienen riesgo de presentar crisis con luces naturales oscilantes, luces estroboscópicas y con patrones de formas y colores específicos o longitudes de onda especiales en la televisión y en los videojuegos. Fue muy conocida por ejemplo la epidemia de crisis en Japón en el año 1997 por los dibujos animados Pokemon en la televisión. Estas crisis se asociaron a una luz especial, monocromática y de longitud de onda muy larga.
Pues bien, recientemente se ha descubierto un nuevo factor que puede desencadenar crisis en pacientes con epilepsias fotosensibles: hacerse un selfie.
Los autores de este estudio (Brna PM y Gordon KG, Seizure, 2007) reportan lo que encontraron cuando estudiaron a un adolescente que había tenido su primera crisis en un baile escolar con luces estroboscópicas. El paciente contaba que se había sentido mal al mirar las luces durante 5-10 segundos, luego “perdió el control sobre las manos” y tuvo una crisis generalizada de unos 3 minutos de duración.
En el video EEG se le observó respuesta fotoparoxística (aparición de descargas epilépticas) durante la estimulación luminosa, y con algunas frecuencias se observaron además mioclonías (sacudidas de los brazos) que acompañaban a las descargas.
Pues bien, durante el video EEG también se observó que las mismas descargas aparecían cuando el paciente se realizaba un selfie con su iphone 5 con el flash y el dispositivo para minimizar el ojo rojo activados, en un cuarto débilmente iluminado. Ocurría sólo cuando el paciente sostenía el teléfono cerca de la cara, a la distancia del brazo extendido.
Los autores sugieren que la exposición al flash de la cámara de los móviles, a ciertas frecuencias, puede ser un factor potencialmente desencadenante de crisis y que este hecho debería ser estudiado en más pacientes para luego realizar las advertencias pertinentes.