Desde hace tiempo se discute cuál es la mejor opción en pacientes con epilepsia en los que las crisis continúan después de tomar un fármaco. Hay tres opciones: aumentar la dosis del que se está tomando, reemplazarlo por otro o añadir un segundo fármaco esperando que la combinación de los dos sea eficaz. Los estudios realizados hasta el momento no mostraban diferencias importantes entre estas estrategias.
Recientemente sin embargo se ha publicado un estudio realizado en China (Chi X et al, Epilepsia, 2018) en el que analizaron de forma prospectiva cuál de estas opciones era mejor.
Reclutaron a un total de 502 pacientes que vieron entre 2006 y 2016, que habían comenzado a presentar crisis y que no habían respondido al primer tratamiento utilizado a una dosis adecuada. Y analizaron lo que ocurría en las tres situaciones mencionadas antes. Pues bien, la posibilidad de que las crisis desaparecieran del todo fue más alta en pacientes que recibieron tratamiento combinado con dos fármacos (323) que en aquellos en los que el primer medicamento se sustituyó por otro diferente (76) o se aumentó la dosis del primero (103). El análisis estadístico mostró que el tratamiento combinado aumentó significativamente la posibilidad de control completo de las crisis. En su serie, también tuvieron mejor respuesta al tratamiento los pacientes varones y aquellos con epilepsia generalizada.
Los autores concluyeron que en cuanto a eficacia, el tratamiento combinado puede ser mejor en los pacientes que continúan teniendo crisis después de tomar un primer fármaco. Por supuesto siempre deben tenerse en cuenta las circunstancias del paciente y valorar los posibles efectos adversos de cada una de las opciones terapéuticas.