Recientemente se ha publicado en una de las revistas científicas más prestigiosas de Neurología, el Lancet Neurology, un artículo con los resultados más recientes del registro internacional de embarazos EURAP (Tomson et al, Lancet Neurology, 2018). Se incluyeron pacientes de 42 países que tomaron un único fármaco antiepiléptico durante la gestación (carbamazepina, lamotrigina, levetiracetam, oxcarbacepina, fenitoína, topiramato y valproato), y se siguieron durante el embarazo y luego a los niños hasta el año de vida.
El objetivo era ver si estos fármacos se asociaban con diferente riesgo de malformaciones en la descendencia, y la relación con la dosis tomada. En total se estudiaron 7355 embarazos. Se vieron malformaciones congénitas mayores en 142 (10·3%) de 1381 embarazos con valproato, 19 (6·5%) de 294 con fenobarbital, 8 (6·4%) de 125 con fenitoína, 107 (5·5%) de 1957 con carbamazepina, 6 (3·9%) de 152 con topiramato, 10 (3·0%) de 333 con oxcarbazepina, 74 (2·9%) de 2514 con lamotrigina, y 17 (2·8%) de 599 con levetiracetam. El número de malformaciones congénitas mayores aumentó con la dosis en el momento de la concepción para carbamazepina, lamotrigina, fenobarbital y valproato.
Los hallazgos de este estudio van a ayudar a realizar una selección racional de los fármacos, teniendo en cuenta los distintos riesgos asociados con los diferentes tratamientos. Por supuesto también tiene que tenerse en cuenta el tipo de epilepsia y las características de la paciente. La buena noticia es que el riesgo de malformaciones mayores asociadas con lamotrigina, levetiracetam y oxcarbazepina fue parecido al que está descrito para niños no expuestos a fármacos antiepilépticos.