La depresión y la ansiedad son frecuentes en epilepsia. Sin embargo muchas veces no se diagnostican a tiempo ni se tratan de forma adecuada, y eso empeora mucho la calidad de vida de los pacientes. Además existe la falsa creencia de que todos los fármacos antidepresivos empeoran las crisis, por lo que algunos médicos son reacios a prescribirlos y a muchos pacientes les da miedo tomarlos.
Pues bien, para estudiar esta cuestión un conocido colega americano, el dr Kanner, que es a la vez neurólogo y psiquiatra, ha realizado un estudio que ha sido recientemente publicado (Ribot et al, Epilepsy and Behavior, 2017). El dr Kanner y su equipo estudiaron la frecuencia de crisis en casi 100 personas con epilepsia que fueron tratadas con fármacos inhibidores de la recaptación de serotonina o de la serotonina y adrenalina. Este tipo de medicamentos son modernos, se toleran muy bien y suelen emplearse como primera línea de tratamiento en ansiedad, depresión o ambas.
El estudio mostró que ninguno de los pacientes que tenían menos de una crisis al mes al iniciar el fármaco pasaron a tener más de una crisis, ni tampoco desarrollaron crisis más graves (convulsiones). Los pacientes que estaban controlados siguieron así, ninguno tuvo reaparición de crisis. En los pacientes que tenían más de una crisis al mes, casi un tercio mejoró y pasó a tener menos de una crisis al mes. Casi el 50% de los pacientes que tenían crisis frecuentes, más de una al mes, tuvieron una reducción significativa de las crisis (se redujeron a la mitad o más). Casi el 73% de los pacientes experimentaron mejoría significativa de su ansiedad o depresión.
La conclusión es que este tipo de antidepresivos no sólo no empeoran la epilepsia, sino que pueden mejorarla en pacientes con crisis frecuentes. Además son eficaces para controlar los síntomas psiquiátricos, con independencia de la situación de la epilepsia.
Es importante que si se siente ansioso o tiene bajo estado de ánimo lo comente con su médico para que pueda ponerle el tratamiento más adecuado, no va a afectar a su epilepsia y es posible que incluso la mejore.
La depresión y la ansiedad son frecuentes en epilepsia. Sin embargo muchas veces no se diagnostican a tiempo ni se tratan de forma adecuada, y eso empeora mucho la calidad de vida de los pacientes. Además existe la falsa creencia de que todos los fármacos antidepresivos empeoran las crisis, por lo que algunos médicos son reacios a prescribirlos y a muchos pacientes les da miedo tomarlos.
Pues bien, para estudiar esta cuestión un conocido colega americano, el dr Kanner, que es a la vez neurólogo y psiquiatra, ha realizado un estudio que ha sido recientemente publicado (Ribot et al, Epilepsy and Behavior, 2017). El dr Kanner y su equipo estudiaron la frecuencia de crisis en casi 100 personas con epilepsia que fueron tratadas con fármacos inhibidores de la recaptación de serotonina o de la serotonina y adrenalina. Este tipo de medicamentos son modernos, se toleran muy bien y suelen emplearse como primera línea de tratamiento en ansiedad, depresión o ambas.
El estudio mostró que ninguno de los pacientes que tenían menos de una crisis al mes al iniciar el fármaco pasaron a tener más de una crisis, ni tampoco desarrollaron crisis más graves (convulsiones). Los pacientes que estaban controlados siguieron así, ninguno tuvo reaparición de crisis. En los pacientes que tenían más de una crisis al mes, casi un tercio mejoró y pasó a tener menos de una crisis al mes. Casi el 50% de los pacientes que tenían crisis frecuentes, más de una al mes, tuvieron una reducción significativa de las crisis (se redujeron a la mitad o más). Casi el 73% de los pacientes experimentaron mejoría significativa de su ansiedad o depresión.
La conclusión es que este tipo de antidepresivos no sólo no empeoran la epilepsia, sino que pueden mejorarla en pacientes con crisis frecuentes. Además son eficaces para controlar los síntomas psiquiátricos, con independencia de la situación de la epilepsia.
Es importante que si se siente ansioso o tiene bajo estado de ánimo lo comente con su médico para que pueda ponerle el tratamiento más adecuado, no va a afectar a su epilepsia y es posible que incluso la mejore.