El mindfulness es una forma de psicoterapia, muy popular en la actualidad, que se basa en estar muy presente en el momento actual. El mindfulness enseña a la gente a aceptar los pensamientos y las sensaciones corporales del momento sin juzgarlos y sin angustiarse. También a no preocuparse por los acontecimientos del pasado o por las preocupaciones del futuro. Se ha demostrado que el mindfulness es útil en muchos aspectos de la salud, incluyendo el control del dolor y del estrés y la función cognitiva.
Sabemos que los pacientes con epilepsia pueden presentar una serie de problemas más allá de las propias crisis. Tienen con frecuencia depresión y ansiedad. El miedo de presentar una crisis en público puede llevar al aislamiento social. Y todo ello afecta a la calidad de vida y al final empeora las crisis.
Recientemente un grupo de investigadores (Tang et al, Neurology, 2015) ha realizado un estudio para averiguar los posibles beneficios del mindfulness en 60 pacientes con epilepsia de difícil control. Dividieron a los pacientes en dos grupos, un grupo recibió soporte social (una psicoterapia estándar) y otro grupo recibió soporte social y además entrenamiento en mindfulness. Las sesiones se realizaron dos veces a la semana durante 4 semanas.
A los pacientes que fueron instruidos en mindfulness se les enseñó a utilizar la aceptación activa como forma de lidiar con los problemas derivados de la epilepsia, y se les recomendó realizar prácticas cada día en su casa. Los pacientes que recibieron soporte social solamente participaron en un grupo de apoyo donde podían hablar libremente de su enfermedad.
Al final del estudio se vio que los pacientes que habían recibido terapia con mindfulness tenían menos ansiedad, preocupación por las crisis y mayor calidad de vida y niveles de energía. Además habían experimentado una mejoría de la memoria. La frecuencia de crisis disminuyó en los dos grupos.
Durante el entrenamiento en mindfulness los pacientes aprendieron a reconocer y aceptar, más que a evitar, los sentimientos asociados a las crisis, como el miedo o el malestar. Aceptando estos sentimientos los pacientes pudieron reducir su nivel de ansiedad y mejorar su capacidad para retener información. Esto sugiere que el mindfulness puede ser especialmente útil para pacientes que también tengan ansiedad (Shapiro and Karceski, Neurology, 2015)
En cualquier caso este estudio indica que tanto el soporte social como el mindfulness mejoran el bienestar, la salud mental y el número de crisis en pacientes con epilepsia.