Sabemos que la epilepsia puede tener un impacto importante sobre la calidad de vida de los pacientes y sus familias. También que esta enfermedad, sobre todo cuando no se controla adecuadamente, puede acompañarse de depresión y ansiedad. Por eso existe mucho interés en evaluar de forma adecuada los tratamientos psicológicos serios que buscan mejorar el bienestar psicológico de las personas con crisis.
Recientemente se ha publicado un artículo Cochrane, una revisión amplia y rigurosa de los estudios más serios sobre beneficios de la terapia psicológica en pacientes con epilepsia.
Incluyeron 24 estudios (un total de 2439 participantes) que utilizaban terapias psicológicas o de comportamiento para mejorar la calidad de vida relacionada con la salud, la frecuencia o gravedad de las crisis, y los problemas psiquátricos asociados, en niños y adultos con epilepsia, y las comparaban con el tratamiento habitual u otros tratamientos. (Michaelis R et al, Cochrane Database Syst Rev. 2017)
Encontraron que la terapia psicológica se asociaba a mejoras significativas de la puntuación total en calidad de vida (medida con una escala que se llama QOLIE-31) y también en áreas concretas como bienestar emocional, disminución de la fatiga y aumento de la energía.
Concluyeron que las intervenciones psicológicas y las técnicas para mejorar el autocuidado del paciente son útiles en adolescentes y adultos con epilepsia y mejoran la calidad de vida.
Por supuesto, hay que recomendar siempre que las terapias se realicen por profesionales serios que conozcan bien la enfermedad y su repercusión sobre las distintas esferas (personal, laboral, social) de la vida del paciente.